“Creo que la asociación en el trabajo es el camino para hacer crecer Astillero Río Santiago”

Conversamos con el presidente de ARS, Ing. Pedro Wasiejko, quien explicó que la clave está en buscar consenso, complementación y acuerdos con la prioridad de ponerlo en marcha. A la vez, dijo que en esta etapa de inicio su gestión está enfocada en ordenar el astillero administrativamente. 


21 de febrero de 2022  | Fuente: Comex-Online

Estuvimos en Astillero Río Santiago, recorrimos sus instalaciones y en una entrevista con su titular, Pedro Wasiejko, nos contó cómo lleva adelante el desafío de poner el astillero en marcha, luego de años de encontrarse paralizado. 

¿En dónde se va a centrar su gestión para intentar reactivar el astillero? 
Pedro Wasiejko: Estoy acá desde Mayo del año pasado y considero que el principal desafío es primero poder resolver la problemática del estado jurídico del astillero, para que tenga la posibilidad de poder funcionar como una empresa, sobre todo para mejorar el sistema de compra, porque hoy al ser un ente provincial hay que manejarse con todos los requerimientos que conlleva el sistema y la verdad que eso invalida cualquier posibilidad de desarrollo del astillero. Entonces una de las cuestiones es encarar y resolver esta problemática, porque es un tema importante.
 
¿Cómo encontró las instalaciones de ARS, porque hace muchos años que está inactivo?
P.W.: Con respecto a la cuestión de las instalaciones, el principal problema es que éste es un astillero que está abandonado desde hace 4 años, sobre todo con la gestión de Gobierno anterior; e incluso antes el astillero trabajaba de forma oscilante, por lo tanto no se cuenta con las herramientas adecuadas como para poder garantizar un trabajo profesional. Por eso, lo primero es comenzar con una tarea de concientización, de limpieza, orden y mantenimiento en el astillero, y poder cumplir con los contratos productivos que están pendientes. En ese sentido, hay una serie de cosas que se están buscando resolver y están avanzando. 

Durante la presidencia anterior de ARS, se avanzó mucho en resolver el tema de las deudas con los proveedores y también con trabajadores, eso quedó bastante ordenado; y por otro lado se hicieron avances sustanciales con los trabajos grandes con PDVSA y con las LICA (Lanchas de Instrucción de Cadetes de la Armada). Mi gestión está obviamente empezando desde ese lugar, y orientada a que el astillero tenga primero una presentación que sea aceptable, tanto con los clientes, como para los trabajadores y con los propios proveedores. Así que estamos muy enfocados en ese tema, en mejorar el mantenimiento,  tener un orden, limpieza y cumplir con los temas productivos, es decir estar muy presente en los contratos que hay pendientes para llevarlos a cabo y ponerlos en marcha. Por eso, un paso importante fue la botadura que tuvimos el año pasado, y ahora estamos preparando la segunda botadura de la LICA, que va a ser en los primeros días de Marzo. Ese va a ser un hecho importante.  

Fue muy criticada la botadura que realizaron sin contar con el alistamiento completo... 

P.W.: En realidad las botaduras siempre se hacen sin cumplir con el alistamiento completo del buque,  de hecho por definición “botar” es simplemente echar al agua y que flote. Pero de todas formas, ésta va a ir con la transmisión de la hélice. 

¿Cómo es el contrato con respecto a las LICA que están construyendo para la Armada? ¿Qué otros proyectos tienen en materia de defensa? 
P.W.: En realiadad el proyecto original para la Armada era de seis unidades, pero lo que hay contratado es por dos, y podría haber otras dos más con la Marina. Las seis LICA originales del proyecto lo que les permitiría a ellos era tener cuatro en funcionamiento permanente, y hacer los cursos que tienen con dotaciones de los diferentes años para cumplir las distintas funciones, es decir para hacer todo el entrenamiento con los equipos en forma sistemática todos los años. Es muy interesante el proyecto. Pero bueno, de esas, se van a estar entregando en el transcurso del año dos. La botadura se va hacer ahora en Marzo de la LICA y eso va a ser un hecho significativo.

También se está conversando con la Prefectura, la posibilidad de tener un proyecto para presentar al Ministerio, de dos embarcaciones pero adaptadas para la instrucción de los prefectos, que requiere condiciones especiales, porque está toda la cuestión del combate contra incendios, salvataje, etc, es decir tienen otros elementos distintos que requerirían de las embarcaciones de instrucción para la Armada. Que eso sería muy interesante también. 

¿Qué pasó con el Buque Eva Perón?
P.W.: Bueno el Buque Eva Perón ya está casi terminado, le falta el último período de la pintura, y está disponible el dique en Puerto General Belgrano para hacer ese trabajo. El mismo se desarrolló en el marco del convenio de colaboración que se resolvió con Tandanor que se encarga de pagar los gastos de pintura y a cambio de eso el Astillero hace la compuerta para el dique mismo qué le encargó la Marina a Tandanor.  Entonces esa triangulación de trabajo y de convenio permitió avanzar sustancialmente en la finalización del Eva Perón. Ahora falta la parte final que sería tan sólo el 2 por ciento de todo el proceso. Con el Buque Eva Perón estamos pendientes respecto a los problemas contractuales con Venezuela para poder resolverlos. Pero bueno la verdad que hemos avanzado mucho y ahora tenemos la botadura del LICA, en donde van a faltar cosas del alistamiento que tiene que proveer la Armada. También hay una empresa que tiene que proveer la parte eléctrica y electrónica. Pero lo importante es que eso está encaminado. Una vez que se haga la botadura del LICA, empezamos a montar en la grada la compuerta, en la que ya está trabajando mecánica, se están haciendo las válvulas, las estructuras. Así que sale la LICA y ahí se empieza a montar eso que es un equipo de casi 400 toneladas.  

¿Y con respecto al Juana Azurduy? 
P.W.: Es el buque que se puede ver acá en la grada, que es gemelo con el Eva Perón, pero ese está un poco más lejos porque le falta mucho para el alistamiento. Pero nosotros estamos pensando que vamos a tener que liberar la grada para fin de año, así que estamos tomando los recaudos para que se hagan todos los trabajos que se puedan, más allá de las limitaciones que hay con Venezuela y el contrato. Hay que tratar de avanzar en todo lo posible y eso se está haciendo. Si en los próximos meses se logra avanzar en el contrato con Venezuela entonces se podrá ir más rápido. La Provincia de Buenos Aires también está acompañando al astillero para poder hacer las tareas que hagan más viable este movimiento.

Más allá del rubro de seguridad, ¿el astillero podría salir a buscar otros clientes? ¿En dónde ven otras oportunidades de negocios?  
P.W.: Hay oportunidades también con el sector privado en construcciones navales, que nosotros también queremos encarar. En tal sentido, tenemos una Carta de Intención para construir una barcaza para la conexión Santa Fe - La Plata,  y entre puertos entrerrianos y La Plata. También está la necesidad de los remolcadores, de una empresa local que opera en el puerto. Así que estamos trabajando otras cuestiones, por ejemplo con Parques Nacionales en donde hay que ver si el Ministerio de Medio Ambiente pone la partida presupuestaria para avanzar en un proyecto interesante que es el de convertir un pesquero en oceanográfico para que cumpla tareas en el área protegida de nuestro mar continental, Pampa Azul; y así también hay otros trabajos que siguen avanzando como la conversión del Ciudad de Buenos Aires, que es un ferry que se está poniendo a punto.

Con respecto a la gente que trabaja en el astillero, ¿cuál es el plantel actual? 
P.W.: En el Astillero hoy hay 3000 personas, entre administrativos y operarios. Hay varias áreas que no son netamente productivas, y con la puesta en marcha del astillero hay que ir viendo también cómo se le puede ir dando funcionalidad a esos diferentes sectores, por supuesto pensando en que sean positivos para el astillero y para la sociedad. También acá hay una Escuela Técnica que forma sus propios trabajadores y ese es un instrumento que no sólo beneficia al astillero, sino que capacita y permite expandir líneas de conocimiento. También tenemos un Instituto Terciario, es interesante toda esa infraestructura con la que cuenta el astillero, que hay que potenciar. Porque si se activa el astillero, vamos a necesitar mano de obra preparada y calificada, y esa es una herramienta muy importante. También el Instituto Terciario colabora y ayuda en ese sentido y es clave. Se trata del modelo de Escuela - Fábrica que existía antes en el país, que luego tuvo su debilitamiento con las crisis financieras, la inactividad del astillero, pero se puede reflotar esa formación, que es la que nos va a permitir tener el personal capacitado.

¿Este es un astillero que se centra sólo en la construcción o también puede realizar reparaciones?
P.W.: Este es un astillero fundamentalmente de construcción pero puede realizar reparaciones, y después tiene un sector de metalmecánica que creo que es es la base para poder instalar otras líneas de trabajo. Por supuesto, que todo eso requiere de un trabajo de puesta a punto que se está haciendo, y la Provincia ha invertido, por ejemplo para que haya una de las máquinas más grandes que se está refuncionalizando. Eso se está trabajando en este momento y hay un proveedor que está haciendo la modernización de la maquinaria. Hay que tener en cuenta que acá se pueden procesar piezas de 25 toneladas o de dimensiones importantes y no hay astilleros con esa capacidad en el país. Eso va a permitir una mayor continuidad para poder dar respuesta a todas las necesidades que va a tener Argentina sobre todo lo que tiene que ver con la repotencialización de las centrales hidroeléctricas, cuyas licitaciones vencen el próximo año, entonces va a ser importante que empresas como Río Santiago vuelvan a ser parte de la producción para poder brindar soluciones a las necesidades, como así también en materia de reparaciones de turbinas hidroeléctricas, etc. 

El otro camino, que también siempre se habló y algunas cosas se hicieron, tiene que ver con las estructuras para molinos eólicos de alto porte. Ahí el sector metalmecánico del astillero estaría en condiciones de brindar respuesta, trabajando asociado con otras empresas. En eso podríamos empezar a trabajar si se quiere mañana, si existiese un convenio. El astillero estuvo hace poco en la provincia de San Juan en donde se trabaja la posibilidad de realizar un cluster entre seis provincias en el tema de energía renovable. Ya se trabajó antes de esa manera entonces un poco la idea es repetir ese esquema, ahora la relación sería entre empresas públicas - provinciales. 

El hecho de estar ubicados dentro de una Zona Franca ¿cómo impacta al astillero? 
P.W.: Bueno hay aspectos en donde  la Zona Franca es muy buena; por ejemplo para un astillero internacional que gana una licitación para la construcción de embarcaciones, como es el caso en Uruguay, éste podría contar con Río Santiago que está en una Zona Franca para traer todo lo que es equipamiento, sin pagar impuestos, y eso se podría armar acá y después se puede entregar; y eso reduciría los costos significativamente. Creo que ese es uno de los aspectos a futuro estratégicos del astillero que debe potenciar, porque podría orientarse un 50 por ciento al mercado externo, y el otro 50 por ciento dejarlo al mercado interno.  

En cuanto al mercado interno, ahí hay que ver de poder contar con las herramientas normativas que permitan que el astillero pueda ser proveedor del mercado. Incluso no debería haber inconvenientes con los trabajos que no pueden hacer otras empresas nacionales. Creo que en esos nichos, podría ser más sencillo avanzar para poder proveer al mercado nacional.  Como en el sector turbinas, o en el rubro pesca, por ejemplo, no hay astilleros que tengan gradas para hacer embarcaciones o construcciones de esas dimensiones.  Ahora hay un sindicato que reclama por la importación de buques de 70 m de eslora, que serían los poteros, porque dicen que no hay ningún astillero privado que los pueda hacer, entonces hay que importarlo. Pero eso no es cierto, porque Astillero Río Santiago y Tandanor pueden hacerlos acá. Entonces creo que es importante que pueda haber un límite a la importación, para impulsar lo que se podría construir en el país. 

¿Ve intereses que impiden el desarrollo en ese sentido? 
P.W.: Puede haber intereses pero la idea nuestra es compartir el trabajo. Nosotros podríamos encarar todo lo que es procesamiento de acero, y la construcción en gradas de embarcaciones que requieran grandes dimensiones, y después entregarlas para su alistamiento a los astilleros privados.  Es decir, podríamos ser socios en un negocio de esa clase. Porque el privado, en realidad, para poder encarar trabajos de esa envergadura, tendría que hacer una inversión muy grande y necesita una continuidad para que eso sea redituable, en cambio acá la inversión ya está hecha. Para nosotros eso puede ser una salida interesante transitoria.  En su momento le planteé esta idea al Subsecretario de Pesca, varios meses atrás, y estamos buscando volver a tener una reunión con ellos y con nuestros pares astilleros privados para plantearles esta posibilidad. Acá el tema no es estar compitiendo y peleando por lo poco que hay, sino trabajar en conjunto para poder potenciarnos. Nosotros podemos poner a disposición lo que tenemos, que es una mayor capacidad y que les sirva a ellos también. Incluso sería una posibilidad de solucionar el problema de la gestión de compra que tiene el astillero, porque si hay un proyecto de esa naturaleza trabajando como socios, por ahí ese astillero se puede encargar de la compra, lo traen acá, nosotros lo procesamos, lo hacemos y lo entregamos; y ahí ganamos todos.  De esta manera nosotros evitamos todos estos problemas burocráticos que hoy tenemos. 

Hay que pensar un plan de negocios que tenga su punto de equilibrio económico. Eso va a llevar tiempo. Hoy la Provincia paga los salarios del astillero, porque lo que se recauda con respecto a la actividad productiva es muy poco. Entonces tenemos una primera tarea de volver a lograr contratos de trabajo para revertir esa situación.  

¿Qué otros trabajos podría activar el astillero?
P.W.: Nosotros este año podríamos estar construyendo un barco para la Prefectura, por ejemplo, o retomando estos trabajos con lo que necesita la Armada.  También trabajos para algún cliente externo, finalizar el Buque Juana Azurduy;  y en metalmecánica potenciar más trabajo, también para el sector petrolero, pesquero, sobre todo en los lugares en donde no hay competencia. Entonces, de esta manera, nosotros podríamos empezar a pensar en tener en el 2023 un nivel de ingresos más interesante, para poder cubrir lo que la Provincia hoy invierte acá en salarios. Los recursos que tenemos hoy lo estamos utilizando  fundamentalmente en recuperación de infraestructura de servicios, que es el paso inicial, iluminación, agua, hay pequeños pasos que se están dando. Este año estamos en eso.  

¿El objetivo entonces es volver a recuperar el perfil productivo del astillero?
P.W.: Sí y tenemos algunos proyectos, por ejemplo el Ministerio de Transporte nos pidió un proyecto para las lanchas colectivas del Delta, y vamos a llevarle la propuesta de lanchas para 80 pasajeros, y otra que nos pidió Provincia para 40 pasajeros, entonces vamos a hacerles una propuesta económica y técnica, en donde además la idea es empezar a incursionar en la estructura de aluminio, que es un tema que al astillero le interesa para empezar a prepararse en esa área. También creemos que la Prefectura va a necesitar renovar aproximadamente 20 lanchas de patrullaje costero que necesitan recambio. Ese trabajo se podría programar acá, porque no hay astilleros privados que puedan hacer ese trabajo en el país, y Astillero Río Santiago puede trabajar con embarcaciones de 36 metros de eslora aprox.  Entonces el desafío es ver cómo hacemos para qué Río Santiago se convierta en la vanguardia de la reactivación de la industria naval. 

¿Es posible encarar ese proceso con la actualidad del país?  
P.W.: Bueno requiere muchas cosas, por ejemplo se necesita apalancamiento financiero para que los astilleros lo tomen. Un problema que tenemos es que gran parte de los insumos son importados, entonces el desafío es cómo se hace este proceso de manera ordenada. Creo que Astillero Río Santiago debe buscar un equilibrio y también apuntar a conseguir contratos con el exterior, pero la clave es trabajar en conjunto, que la industria pueda encontrar en Río Santiago un socio, para poder salir de esa manera al mercado regional a competir y ganar contratos de trabajo juntos.